miércoles, 18 de abril de 2007

Quinta Clase (II): Los moblogs

Mantener un blog de éxito requiere tiempo. Buscar un nombre con pegada, un diseño atractivo, de líneas elegantes y colores con clase, por no hablar del estilo de redacción, que guste leer y además transmita justo lo que tú quieres decir.

Además, para hacerlo merecedor del aluvión de comentarios que se le avecina es requisito indispensable dotarlo de unos contenidos mínimamente interesantes; reales o inventados, han de reflejar un modo de vida que mole. Visitar las últimas exposiciones, leerte el EP3 -TENTACIONES y estar al tanto de todas las tendencias, escuchar (se acepta descargar) los discos más recientes, andar constantemente de escapadas y viajecitos, conocer, que no leer los últimos best-selleres y, por si acaso te preguntan, llevar un seguimiento de los programas de la tele. A que aspirar si no, amigo ciudadano-periodista.

El caso es que muchas veces no hay tiempo para todo y las más fantasticas experiencias se condenan al olvido cuando aquel que las experimenta se queda sin tiempo para redactarlas o, cuando, si al final consigue hacerlo, están adornados con tan tristes atributos que el primer instinto para el eventual visitante es evocar cualquier tripleuvedoblepunto y salir por dedos.

Para que esto no suceda, algún alma caritativa de esas de las que están en todo, ha dado con la forma de actualizar el blog sin perder el tiempo que pudiera estar mejor empleado en inauguraciones, conferencias, exposiciones y conciertos. Claro, el móvil. Cómo no haberlo pensado antes. Con su cámara, su conexión a internet y sus gadgets multimedia...¡si está todo ahí!

Y así surgieron moblogs (qué son realmente) como este, concienciados al máximo de la misión de reporteros y de cronistas de lo cotidiano que a nosotros, ciudadanos tempraneros del siglo XXI, nos ha sido encomendada.

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